BAFICI 26 : Esta vez Tetsuo Lumiere ha pasado a ser también convincente al desplegar la comedia como método, como tema y como horizonte de reflexión

Bruno abandona su trabajo tras una revelación divina: Dios le asegura que convertirse en comediante de stand-up es la única manera de alcanzar la riqueza, la fama y el amor de Carla.

Pertinaz, solitario, convencido cultor de añejas tradiciones cómicas a las que les ha impreso un sello propio y que no ha abandonado nunca, esta vez Tetsuo Lumiere ha pasado a ser también convincente al desplegar la comedia como método, como tema y como horizonte de reflexión. Y no solamente ha salido airoso sino que además ha logrado plantear sus creativos disparates con una notable concisión y un timing ajustado, como si le hubiera llegado el momento de creer ya no solamente en el humor sino en su capacidad organizativa, en su rol fundamental como agente corrosivo, en su eterno atractivo para contar este –otro– cuento de chistes que suben y bajan, o –mejor dicho– de cómicos que fracasan al triunfar, o al “triunfar”.

De: Javier Porta Fouz